El exmilitar contó que su legión extranjera intentó utilizarlo como carne de cañón después de responder a la convocatoria del gobierno ucraniano de combatientes extranjeros de febrero.
Tras escapar con vida, alegando que sus propios aliados le habían amenazado con dispararle por la espalda, Hoeft publicó un mensaje viral en el que aconsejaba a otros occidentales que no se unieran a la lucha en Ucrania, señaló la publicación.
En pocos días, se convirtió en el centro de una guerra de información mundial, con el ejército para el que se había ofrecido como voluntario tachándolo públicamente de agente ruso, precisó el exmilitar.
Hoeft fue miembro de los Boogaloo Boys, una milicia extremista estadounidense implicada en el asalto al Capitolio en Estados Unidos.
Declaró a The Grayzone que después del llamado del presidente ucraniano, Vlodymyr Zelensky, cuando llegó a Ucrania se encontró con “la desalentadora realidad de un grupo de voluntarios paramilitares empujados a una guerra por poderes contra una poderosa maquinaria militar. Al cabo de una semana, decidió que se había apuntado a su propia muerte”.
«La gente tiene que dejar de venir aquí. Es una trampa y no te dejan salir, joder», lamentó.
Señaló la publicación que Hoeft prosiguió con una serie de afirmaciones explosivas, como que se estaban rompiendo los pasaportes de los occidentales que intentaban salir de Ucrania; que se estaba enviando a los extranjeros al frente sin fusiles; y que la Legión Georgiana amenazaba con disparar a los que se negaran.
Una vez que quedó claro que la cuenta de Hoeft estaba socavando la campaña de relaciones públicas de Kiev, el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania lo denunció en su cuenta oficial de Twitter, tachando al estadounidense de títere del presidente ruso, Vladimir Putin, y publicando su foto junto a la leyenda «Made in Russia.»
Finalmente, apuntó The Grayzone, los medios de comunicación corporativos dirigieron su mirada hacia Hoeft e iniciaron una fuerte campaña en su contra.
«No existe la gloria en la muerte», dijo Hoeft a The Grayzone. «Vas a morir en una trinchera y te van a dejar allí y es asqueroso y malo».
Dijo además que una vez que llegó a Polonia, pasar la frontera fue «un proceso muy fácil». «Fue muy rápido. Tardamos probablemente cinco o 10 minutos en entrar en Ucrania». Pero como explicó a The Grayzone, salir no fue tan fácil.
acl/lb