Según el periódico, durante las consultas de seguridad efectuadas hace unos días, el Shin Bet pidió examinar la posibilidad de realizar cambios legislativos y legales para enfrentar lo que llamó el “terrorismo de los palestinos” en el interior.
La publicación destaca que en la actualidad la seguridad está enfocada en los árabes-israelíes que estuvieron vinculados de una forma u otra o son simpatizantes del grupo extremista Estado Islámico (Daesh).
A finales del pasado mes tres ataques en apenas una semana causaron la muerte de 15 personas en Israel, entre ellos cuatro atacantes.
Las autoridades de Tel Aviv consideraron que los agresores en dos de esos incidentes estaban vinculados al Daesh.
Según cifras oficiales, los árabes-israelíes suman 1,9 millones de ciudadanos, de un total de 9,5 millones habitantes.
Un reciente sondeo realizado por el Centro para la Religión, la Nación y el Estado, reveló que el 94 por ciento de ellos sufrieron en alguna ocasión el racismo y la discriminación de la mayoría judía.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda. rgh/rob