El escenario nacional está caracterizado por la grave escasez de alimentos, combustibles y otros artículos de primera necesidad, junto con una inflación récord y largos cortes de electricidad, reportan medios locales.
La coalición de gobierno sufrió una serie de deserciones, culminada este martes con la dimisión del ministro de Finanzas, Ali Sabry, un día después de asumir el cargo.
Más de 40 diputados retiraron su apoyo al gobierno de Rajapaksa, entre ellos 16 legisladores del propio partido gobernante Sri Lanka Podujana Peramuna (SLPP), apuntó el portal Newswire.
El exministro Wimal Weerawansa anunció que 17 diputados de los 11 partidos constituyentes del Gobierno decidieron funcionar como grupo independiente en el Legislativo.
Los parlamentarios tomaron esa decisión en un momento en el que el presidente Rajapaksa dijo que está dispuesto a ceder el poder para formar gobierno a cualquier grupo que muestre el apoyo mayoritario en el Parlamento con 113 escaños.
El Ejecutivo está ahora a cinco butacas de la mayoría en la Cámara de 225 miembros, pero no estaba claro si los legisladores intentarían presentar una moción de censura que obligara a dimitir al mandatario.
Los partidos de la oposición rechazaron el llamamiento de Rajapaksa para conformar una administración de unidad dirigido por él junto a su hermano mayor, el primer ministro, Mahinda Rajapaksa.
Colombo impuso la semana pasada el estado de emergencia en un esfuerzo por sofocar las crecientes protestas callejeras en todo el país.
Nimal Lanza, un exministro que también abandonó el gabinete de Rajapaksa, admitió que el partido de gobierno carece de mandato y lanzó su apoyo a las multitudes que piden la dimisión del mandatario.
La crítica falta de divisas mantiene a Sri Lanka en apuros para hacer frente al servicio de su abultada deuda externa de 51 mil millones de dólares, mientras la pandemia de Covid-19 torpedeó los ingresos vitales procedentes del turismo y las remesas del exterior.
El resultado se transformó en una escasez de alimentos y de combustible sin precedentes, junto con una inflación récord y paralizantes cortes de electricidad.
Economistas afirman que la crisis de Sri Lanka es agravada por la mala gestión gubernamental, los años de endeudamiento acumulado y desacertados recortes fiscales.
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