El portavoz del ente castrense, mayor general Ígor Konashénkov, informó que también fueron eliminados dos puestos de mando, un radar de un sistema de misiles antiaéreos S-300, así como 10 fortificaciones y zonas de concentración de equipos militares y cinco drones.
Durante la madrugada, misiles de alta precisión lanzados desde el aire y el mar aniquilaron cuatro bases de almacenamiento de combustible y lubricantes en las regiones de Nikolaev, Zaporozhie, Járkov y Chugúyev, desde donde eran abastecidas las tropas de Kiev.
Desde el comienzo de la operación militar, las Fuerzas Armadas de Rusia pusieron fuera de servicio 413 drones, 218 lanzamisiles múltiples, además de mil 987 tanques y vehículos blindados del Ejército ucraniano.
Otras bajas de la contienda fueron 125 aviones, 93 helicópteros, 227 sistemas antiaéreos, 866 cañones de artillería y morteros, así como mil 894 piezas de vehículos militares especiales, comunicó el alto oficial.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el inicio de la operación, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de desmilitarizar y desnazificar Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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