A pesar de la lluvia, estudiantes de la única universidad pública del país, la San Carlos, volvieron a recorrer la Sexta Avenida del Centro Histórico capitalino, unos en carrozas y otros en comparsas para señalar con gran picardía a personajes de la vida nacional y los principales temas de descontento social.
Luego de dos años de pausa por la pandemia de la Covid-19, el desfile bufo volvió con La Chabela como protagonista, una carabela contenta que abre la celebración y representa los males socioeconómicos del país.
En todo el trayecto no faltaron críticas veladas o directas a la gestión del actual gobierno de Alejandro Giammattei, así como a los diputados del Congreso y al llamado Pacto de Corruptos que mantiene cooptadas las diferentes instituciones públicas y de justicia de este país, según denunciaron los estudiantes.
Gran dosis de ingenio y sátira popular derrochan cada año las diferentes facultades de la alta casa de estudios, las cuales «compiten» entre sí para llevarse el aplauso y la carcajada del pueblo por medio de la creatividad en los cantos, pancartas y disfraces.
«¡Aquí está tu son, Chabela!», gritan los sancarlistas, mientras entonan el canto de guerra del desfile bufo, La Chalana, que esta vez resonó más fuerte, pues llegó a sus 100 años.
Los guatemaltecos han sido testigo de la evolución generacional de la Huelga con días de gozo, entusiasmo, de buen teatro universitario, de memorables desfiles, de reyes feos históricos y de boletines «No nos tientes» de antología, recordaron a Prensa Latina espectadores que no se pierden la tradición por «ser la voz de los que no tienen voz”.
Los orígenes del también llamado movimiento de protesta estudiantil se remontan al 1 de abril de 1898, cuando el entonces presidente Manuel Estrada Cabrera dio a la población cierta libertad de expresión, que fue aprovechada para exigir el mejoramiento de las escuelas primarias.
Poco después de un mes, nació esta manifestación satírica para criticar y burlarse de funcionarios públicos, políticos y militares.
En 1921, un grupo de universitarios, principalmente de derecho y medicina, nombraron una comisión que compuso La Chalana, entre ellos estaba el Premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias, quien escribió la cuarta y última estrofa.
«Patria, palabrota añeja/por los largos explotada;/hoy la patria es una vieja/ que está desacreditada. No vale ni cuatro reales/en este país de traidores;/la venden los liberales como los conservadores».
Se canta por primera vez el 7 de abril de 1922, para la Huelga de Dolores de ese año y desde entonces los estudiantes siguen repitiendo «¡Aquí está tu son, Chabela!» para que no muera.
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