El diputado israelí condenó en Twitter el más reciente ataque en este país, que causó cuatro muertos, entre ellos el agresor, pero llamó a no responder con violencia.
El horrible asesinato nos conmocionó a todos, pero en su discurso, el primer ministro Naftali Bennett optó por ceñirse a su racismo: achacar la violencia a toda una nación y amenazar con más represión, denunció.
“Así no detendremos el derramamiento de sangre. Matar solo conducirá a más matanzas. Necesitamos un cambio”, recalcó.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, condenó ayer el ataque ejecutado en esta capital, pero rechazó también el uso de ese incidente como pretexto para lanzar nuevas incursiones contra su pueblo.
El asesinato de civiles palestinos e israelíes solo conduce a un mayor deterioro de la situación, ya que todos luchamos por la estabilidad, manifestó Abbas, citado por la agencia oficial de noticias Wafa.
Tres personas perdieron la vida y una docena resultaron heridas cuando un hombre abrió fuego el jueves en la noche en la céntrica calle de Dizengoff, un destino popular lleno de restaurantes y bares en esta capital.
El atacante, identificado como Raad Fathi Hazem, un palestino oriundo del campamento de refugiados de Jenin, norte de Cisjordania, fue abatido tras una megaoperación de nueve horas que incluyó a unos mil militares, policías y efectivos de inteligencia.
Varias milicias palestinas afirmaron que el ataque fue una respuesta a los crímenes de Tel Aviv en los territorios ocupados.
Poco después, el ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, anunció que el estamento militar ampliará sus “operaciones contra la ola terrorista”.
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