A propósito de conmemorarse este martes el 20 aniversario de la detención ilegal del presidente Constitucional, Hugo Chávez y la instauración de un gobierno de facto liderado por el empresario Pedro Carmona, el magistrado ofreció declaraciones exclusivas a Prensa Latina.
El golpe del 12 de abril, tuvo un carácter fascista, con un patrón similar al aplicado en Chile durante el Gobierno de Salvador Allende, enfatizó: «era pinochetista, de eso no cabe dudas».
Para argumentar su tesis, el jurista, expuso las principales características de ese proceso, promovido por la oligarquía nacional y la iglesia católica, con la participación cómplice de las grandes transnacionales de la información y el apoyo de dos potencias extranjeras Estados Unidos y España.
Lo primero, detalló, fue la represión popular el día 11, resultado de la cual fueron asesinados por la policía y francotiradores un total de 12 personas.
Apenas se apoderaron del control, Carmona y sus compinches, borraron cualquier vestigio de diplomacia, eliminaron los Poderes Públicos, las gobernaciones, las alcaldías y las instituciones democráticas, derogaron de facto la Constitución bolivariana votada por el pueblo en elecciones democráticas en 1999 y revivieron la Constitución de 1961.
Al hacer el análisis de esos hechos, el magistrado, recuerda cómo aquella mañana fue asaltada la Asamblea Nacional, de lo cual fue testigo por encontrarse allí en su condición de diputado.
Todo ello, recalcó, unido a la represión que se desató a todo lo largo y ancho del país durante esos dos días, asaltando alcaldías y gobernaciones, persiguiendo a dirigentes revolucionarios.
«La participación de las élites y la represión son principios esenciales de un golpe fascista», subrayó, a lo cual se une la participación de Washington y Madrid, cuyos representantes diplomáticos fueron los primeros en rendirle pleitesía al nuevo presidente, junto a El Salvador, Colombia, Ecuador, Costa Rica y Nicaragua.
Ese, aseguró, no fue tampoco un proceso espontáneo, como pretendieron hacer ver, todo estaba planeándose desde diciembre de 2001, donde intensificaron su campaña contra Chávez y la embajada estadounidense tuvo conocimiento de ello, todo el tiempo, pues Carmona fue su títere.
Saab, quien en aquel entonces gozaba de inmunidad parlamentaria, relata a esta agencia los momentos de su detención arbitraria y los temores que lo atormentaron durante ese tiempo.
«Yo me encontraba en el Parlamento, el día 11, y tuvimos que salir de ahí, nos dirigimos varios compañeros a una tarima improvisada, entre ellos estaba Nicolás Maduro, Cilia Flores y Pedro Carreño, quien sobre la madrugada del 12 nos dice que tenemos que escondernos para proteger nuestras vidas», rememora.
«En ese momento logramos hablar con Chávez y él nos dice que se va a entregar para evitar derramamiento de sangre y nos pide que no hagamos nada para impedirlo. Después de eso nos fuimos a ver cómo nos organizábamos, pero ese día me detienen a mí, violando mi inmunidad, delante de mis hijos y mi esposa», recuerda el fiscal mientras enseña el vídeo de su detención.
«Yo no pensaba en mí, yo sabía que me podían matar, pensaba en mis hijos, en mi familia y en lo que aquellos criminales serían capaz de hacerle», confiesa el magistrado.
Después de tantos años, subraya, algo quedó bien claro, si el pueblo y las fuerzas armadas, no hubieran actuado con la prontitud con que lo hicieron, si esos fascistas criminales hubieran logrado establecerse en el poder por más tiempo, Venezuela se hubiera convertido en un mar de sangre.
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