El director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró en conferencia de prensa que no obstante las buenas noticias, algunos países todavía sufren picos graves en los casos, y se genera una situación de presión sobre los hospitales.
Justo cuando la capacidad para monitorear tendencias se ve comprometida pues las pruebas se reducen significativamente, el funcionario consideró que, lejos de bajar la guardia, este es el momento de trabajar aun más para salvar vidas.
Hace pocos días, informó, el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional Covid-19 acordó, por unanimidad, que la pandemia sigue siendo una emergencia de salud pública.
Según estimó, cerrar la brecha de equidad en el acceso a las vacunas es la mejor manera de aumentar la inmunidad de la población y protegerla contra futuras oleadas.
Los tratamientos que incluyen oxígeno, corticosteroides y antivirales están ayudando a romper aun más el vínculo entre la infección por Covid-19 y la muerte, refirió, e ilustró cómo los métodos de diagnóstico mejoran y se vuelven más accesibles.
Es esencial diagnosticar a los pacientes en riesgo lo suficientemente temprano para que los nuevos antivirales sean efectivos y cuenten con disponibilidad para todos. Además, las tasas más altas de pruebas y secuenciación serán vitales para rastrear las variantes existentes e identificar otras, remarcó.
En la actualidad, alertó, hay una serie de sublinajes de Ómicron, incluidos BA.2, BA.4 y BA.5 y otro recombinante detectado, compuesto por BA.1 y BA.2.
Con el tiempo, el virus SARS-CoV-2 se ha vuelto más transmisible y sigue siendo mortal, especialmente para las personas desprotegidas y no vacunadas que carecen de atención médica y antivirales, detalló igualmente.
Recomendó mantener el uso de máscaras, especialmente en espacios interiores llenos de gente y, para el interior, permitir la entrada de aire fresco.
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