Shi Yi, portavoz del Ejército de Liberación Popular (ELP), anunció que el Comando del Teatro Oriental “envió fragatas, bombarderos, cazas y otras fuerzas en una misión multipropósito de patrulla de combate y entrenamiento naval y aéreo” en esa área y también en el mar de la China Oriental.
Según acotó, los ejercicios son «en respuesta a las recientes señales falsas que Estados Unidos lanza con frecuencia sobre la cuestión de Taiwán».
Mientras, el Ministerio chino de Defensa, Wu Qian, deploró la visita no anunciada a Taipéi de la representación norteamericana que encabeza por el jefe del comité senatorial de Relaciones Exteriores, Bob Menéndez.
Esa misión llegó ayer a la isla y este viernes se reúne con la líder Tsai Ing-wen.
El portavoz del Ministerio denunció que dicha acción socava los cimientos políticos de las relaciones chino-estadounidenses y provoca una escalada de las tensiones en la región, tras advertir que el EPL tomará todas las medidas necesarias para contrarrestar la injerencia externa y los intentos de orquestar la independencia de Taiwán.
De igual manera, la Cancillería china rechazó la visita de los norteamericanos y exigió a Washington cortar todo tipos de contacto oficial con Taipéi. Consideró ese movimiento como una violación grave al principio de Una sola China y los comunicados que sustentan las relaciones bilaterales, así como una interferencia en los asuntos internos del gigante asiático y sus intereses de seguridad.
La comunidad internacional aprobó con 170 votos una resolución en 1971 que considera a la República Popular China el único representante legítimo ante las Naciones Unidas y reconoce a Taiwán como parte inalienable de esa nación asiática.
Para avanzar hacia la completa reunificación del territorio nacional, Beijing defiende también la política de Un país, dos sistemas, aplicado en las regiones administrativas de Hong Kong y Macao.
Sin embargo, los dirigentes de Taipéi se niegan a aceptar ese status.
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