Tal y como estaba previsto, el dispositivo llegó a una zona de Mongolia Interior (norte) pasadas las 10:00, hora local, y las primeras informaciones indican que los tripulantes están en buenas condiciones de salud.
Especialistas en labores de búsqueda y rescate se desplazaron hacia el área de aterrizaje, abrieron la nave y sacaron a los astronautas de manera segura.
Autoridades del sector consideraron un completo éxito la misión Shenzhou-13, porque esos profesionales cumplieron cada tarea programada durante los 183 días de trabajo dentro del módulo central de la estación espacial que construye China y además no hubo contratiempo en el retorno a la Tierra.
Antes de emprender ayer el regreso, ellos transmitieron datos y se aseguraron de dejar en orden todos los equipos y sistemas del vehículo espacial donde estuvieron desde octubre pasado.
La Shenzhou-13 es la octava misión tripulada en la historia del país, entre sus integrantes hay una mujer y son oficiales de mando e ingenieros.
Como parte de sus tareas hicieron varias caminatas fuera del vehículo y se dedicaron a la reparación, mantenimiento y ensamblaje de la estación espacial, que el gigante asiático comenzará a construir este año y luego pondrá en total funcionamiento hacia 2023.
China envió a esos profesionales luego de recibir en septiembre anterior a otra misión tripulada, que estuvo tres meses en la Tianhe.
El Gobierno prevé en total la salida de 10 operaciones similares para adiestrarse en el ensamblaje y construcción en órbita de naves complejas y grandes, así como en la realización de vuelos de larga duración cerca de la Tierra y de experimentos a gran escala.
La estación de China operará en la órbita terrestre baja a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, mientras su vida útil está diseñada para 10 años.
Sin embargo, los expertos creen que podrá durar más de 15 años con mantenimiento y reparaciones adecuadas.
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