El portavoz del ente castrense ruso, mayor general Ígor Konashénkov, indicó que durante la última noche fueron eliminados 43 puntos de control, ocho convoyes con combustible para equipos militares, además de 760 zonas de concentración de fuerzas.
Señaló que la aviación operativo-táctica, por su parte, golpeó 67 zonas de concentración de personal y técnica militar ucranianos.
El alto jefe militar subrayó que el Ejército ruso atacó con misiles guiados de largo alcance las instalaciones de una planta de vehículos blindados en Kiev y unos talleres de reparación de equipos bélicos cerca de la ciudad de Nikoláyev.
La víspera, Konashénkov reiteró que si las autoridades ucranianas siguen lanzando acciones contra el territorio ruso, Moscú atacará los lugares donde se toman tales decisiones, incluso en Kiev.
Desde el inicio de la operación militar, las tropas rusas aniquilaron 133 aviones, 246 sistemas de misiles antiaéreos, 458 drones, dos mil 246 tanques y otros vehículos blindados y 252 lanzacohetes múltiples.
También pusieron de baja 981 piezas de artillería de campaña y morteros, así como dos mil 146 unidades de vehículos militares especiales, aseguró el vocero del Ministerio de Defensa ruso.
Rusia desplegó sus fuerzas en Ucrania desde el pasado 24 de febrero, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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