Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que el documento forma parte de los intercambios normales de cooperación, no apunta a terceros países ni busca reemplazar pactos similares entre el Estado insular con otros gobiernos del mundo.
Según reiteró, el texto contempla la protección de vidas y propiedades, suministro de ayuda humanitaria y respuesta ante desastres naturales.
Fustigó las críticas de Estados Unidos y sus aliados contra el acuerdo y deploró que así intenten entrometerse en la decisión de un país independiente y soberano.
La víspera el portavoz confirmó que el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, y su homólogo de Islas Salomón, Jeremiah Manele, sellaron en días recientes el convenio y uno de los propósitos es mantener el orden social en aquella nación.
Ambos países suscribieron el acuerdo luego de las violentas protestas antigubernamentales registradas a finales del año pasado en Honaira, la capital y hogar del 90 por ciento de los casi tres mil chinos que residen en el territorio insular.
Durante los sucesos más de un centenar de tiendas y otros comercios del barrio chino de esa urbe fueron blancos de ataques y sufrieron grandes afectaciones.
A Estados Unidos y Australia les incomoda el pacto de seguridad, aunque Islas Salomón negó rumores sobre cláusulas que permiten el establecimiento de bases militares del gigante asiático, envío de barcos de guerra y fuerzas armadas.
De hecho, esta semana una delegación norteamericana visitará Honaira para tratar el asunto y días atrás una misión de Canberra viajó hacia allí con el mismo motivo e incluso pidió al país insular renunciar al acuerdo con China.
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