El portavoz de la entidad castrense, mayor general Ígor Konashénkov, precisó que los objetivos abatidos se encontraban cercanos a las localidades de Shnurkí, Novonikoláyevka y Aleksándrovka.
Asimismo, agregó que las fuerzas terrestres rusas neutralizaron más de mil instalaciones, de ellos 31 centros de mando, seis depósitos de combustible, equipos militares concentrados en 910 lugares, así como 106 posiciones de artillería.
Konashénkov al dar un balance general precisó que desde el comienzo de la operación especial, el Ejército ruso ha destruido 140 aviones, 106 helicópteros y 511 vehículos aéreos no tripulados.
Igualmente, dieron de baja 254 sistemas de misiles antiaéreos, dos mil 410 tanques y otros vehículos blindados, 262 lanzacohetes múltiples, mil 46 unidades de artillería de campaña y morteros, así como dos mil 259 unidades de vehículos militares especiales, detalló el vocero.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
jcm/odf