En sesión informativa con la prensa la funcionaria advirtió que la razón de esta postura es para tener elementos que nutran a la opinión pública internacional y hacer ver que los esfuerzos por la salida con vida de los atrincherados corresponden a Kiev.
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“Quiero recordarles que al principio quienes pidieron a Naciones Unidas que se involucraran en esta historia, fue la parte rusa, buscando influir de una forma u otra en el régimen de Kiev para que la gente pudiera salir de la acería”, recalcó Zajárova.
Al respecto la vocera recordó que mediante coordinaciones con la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja, Moscú organizó corredores humanitarios, al tiempo que precisó que todos los heridos que abandonaron la zona de Azovstal se les brinda atención médica.
“Rusia, en el curso de la operación militar especial en Ucrania, brinda asistencia médica a todas las víctimas, tanto civiles como militares, y no lo hace para aparentar”, puntualizó la diplomática.
En ese sentido, Zajárova fue enfática al destacar que “las normas del derecho humanitario no solo son relevantes para nosotros, sino básicas. Nadie debería tener dudas al respecto».
En la mañana de este miércoles el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, mayor general Ígor Konashénkov, informó que hasta el momento se rindieron 959 integrantes del regimiento nacionalista ucraniano Azov, de ellos 80 están heridos y fueron enviados a un hospital de la ciudad de Novoazovsk, en la autoproclamada República Popular de Donetsk.
Por otra parte, la portavoz de la cancillería rusa afirmó que los países occidentales continúan con las entregas masivas de armas a Kiev, que ascienden a miles de millones de dólares.
«Vemos esto como un apoyo directo a los neonazis en un esfuerzo por prolongar las hostilidades tanto como sea posible», manifestó Zajárova, al tiempo que recalcó que «las entregas ascienden a miles de millones de dólares, y la escala es comparable a los presupuestos militares de los grandes Estados».
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente Vladimir Putin afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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