Este flagelo y el aumento del nivel del mar “representan un gran desafío para un gran número de países en el mundo, especialmente en las zonas costeras de los deltas, que son vulnerables a las inundaciones con agua salada”, afirmó el funcionario en un comunicado.
Abdel Atty resaltó que en los últimos años su cartera levantó 210 kilómetros de muros de protección y se trabaja en la actualidad en construir otros 50 kilómetros.
Asimismo, destacó las labores para proteger las áreas arqueológicas de la ciudad de Alejandría, ubicada en la costa mediterránea.
Recientemente el ministro reveló que el cambio climático amenaza del 12 al 15 por ciento de las tierras fértiles del delta del Nilo, por el crecimiento previsto del nivel del mar.
A este problema se suma el creciente estrés hídrico del país, que depende en más de un 90 por ciento de las aguas del Nilo para cubrir las necesidades de sus 103 millones de habitantes.
Según cifras oficiales, Egipto tiene una disponibilidad hídrica de 60 mil millones de metros cúbicos (bmc) anuales, pero sus necesidades se sitúan en torno a los 114 bcm.
A principios de este mes, el ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Sameh Shoukry, llamó a los países desarrollados a cumplir sus promesas de aportar 100 mil millones de dólares anuales a las naciones con menos recursos para combatir el cambio climático.
En un artículo publicado por el Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos, el canciller destacó que, no obstante, esa cifra es mucho menor que la necesaria para enfrentar el problema.
Debemos buscar un patrón de desarrollo sostenible, porque la historia demostró que la búsqueda frenética de crecimiento a toda costa y sin valorar las consecuencias nos llevó a la situación actual, subrayó.
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