“El 21 de abril de 2022, un tanque con ampollas fue lanzado sobre las posiciones de las tropas rusas desde un dron. Estaba previsto que su destrucción provocara una reacción química que causara una explosión y combustión, liberando sustancias tóxicas no incluidas en las listas de las diferentes convenciones”, indicó en declaraciones a la prensa. Explicó que el contenido de las ampollas está siendo analizado en el laboratorio del 27 Centro Científico del Ministerio de Defensa ruso, acreditado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), y los resultados se enviarán a su secretaría técnica.
Kirílov señaló que a principios de 2022, Ucrania adquirió más de 50 dispositivos para lanzar diversas sustancias, incluidas productos químicos tóxicos y fórmulas biológicas desde drones.
Informó además que el 9 de marzo, en el territorio de la región ucraniana de Jersón, las tropas de reconocimiento ruso detectaron tres drones equipados con depósitos de 30 litros y material para esparcir sustancias.
Reveló que Kiev solicitó a la empresa fabricante de drones Bayraktar la posibilidad de dotar a esos vehículos aéreos no tripulados con equipos de aerosoles.
El jefe militar advirtió que hasta el momento, Estados Unidos es el único país que ha utilizado los tres tipos de armas de destrucción masiva en la historia.
Recordó que el lanzamiento de bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón, durante la Segunda Guerra Mundial, y el uso de sustancias químicas tóxicas en Vietnam e Iraq, son crímenes que pasaron inadvertidos para las organizaciones internacionales especializadas.
Kirílov alertó que en un intento por desacreditar la operación militar rusa, el Gobierno de Kiev, con el apoyo de Washington, “puede poner en práctica en un futuro próximo escenarios que conducirán a la muerte de decenas de miles de ciudadanos ucranianos y causarán un desastre medioambiental y humanitario”.
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