El pasado martes ocurrieron dos explosiones en dicho centro, cuando los alumnos salían de sus clases matutinas, donde murieron decenas de estudiantes y muchos otros resultaron heridos.
El portavoz de la policía de la capital afgana, Khalid Zadran, indicó por Twitter que las explosiones fueron consecutivas en la entrada de la escuela secundaria Abdul Rahim Shahid en Dasht-e-Barchi, y que todas las víctimas eran “compatriotas chiitas”.
Agregó que la escuela se ubica en una zona habitada principalmente por esta minoría étnica y religiosa, frecuentemente atacada por el grupo terrorista Estado Islámico (Daesh por su acrónimo en árabe).
Los maestros de la escuela pidieron al gobierno que garantice la seguridad de todos los centros educativos y escuelas del país.
Por su parte, Bilal Karimi, portavoz adjunto del Movimiento Talibán (en el Gobierno), aseguró que realizan planes para garantizar la seguridad en todo el país.
“A nivel público, es necesario prevenir este tipo de incidentes, incluidas las escuelas y las mezquitas”, sostuvo.
En mayo del año pasado, al menos 85 personas -principalmente alumnos- murieron y unas 300 resultaron heridas al estallar tres bombas cerca de otra escuela en Dasht-e-Barchi.
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