Mientras, la ofensiva de las Fuerzas Armadas rusas, junto a las milicias de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, avanza sobre las zonas que aún se mantienen bajo el control de Kiev, en lo que Moscú ha dado en llamar la segunda fase del operativo.
Los representantes del Kremlin en las conversaciones entregaron a Kiev su proyecto de acuerdo “con una redacción clara”, declaró el miércoles el portavoz presidencial, Dmitri Peskov.
Tanto las autoridades del país como algunos analistas políticos estiman que pese al avance de las tropas, el diálogo entre Moscú y Kiev debe continuar, lo mismo para ponerle fin a las hostilidades como para establecer los parámetros de cómo será la relación futura entre ambos países.
Hace unos días, el ministro ruso de Asuntos Exteriores llamó la atención sobre recientes declaraciones del presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, acerca de la posibilidad de alcanzar un arreglo pacífico, luego de darle marcha atrás a las propuestas presentadas por su país en las conversaciones del 29 de marzo en Estambul.
En su opinión, las palabras de Zelensky no pueden tomarse en serio porque cambia de opinión de manera constante. Recordó que fue él quien solicitó las negociaciones aceptadas por Rusia, a la vez que subrayó la relevancia del documento rubricado por el jefe de la delegación de Kiev en esa ciudad turca.
Las propuestas incluían que Ucrania no formaría parte de ninguna alianza militar, sería un Estado neutral a cambio de garantías de seguridad, prohibiría las bases militares, la producción y uso de armas de destrucción masiva, lo mismo nucleares que químicas y biológicas, entre otras.
“No fue nuestro lenguaje, fue su lenguaje”, advirtió Lavrov, quien señaló que poco después las autoridades ucranianas comenzaron a retractarse, por lo que “antes de que podamos discutir inteligentemente lo que dice un día u otro, tenemos que tener claridad sobre la credibilidad de esta persona y sobre la de su equipo”.
El Ejército de Moscú, por su parte, continúa en su camino hacia la liberación total de la región de Donbass, prioridad destacada por el presidente Putin desde el 24 de febrero, día de inicio de la operación militar.
La liberación reciente de la ciudad de Mariúpol, en el territorio de Donetsk, convertida en las últimas semanas en un bastión de las fuerzas armadas ucranianas, de los nacionalistas y del batallón ultraradical Azov, es considerada una victoria importante en ese destino.
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