Un extenso y bien documentado informe de la periodista Sonja Van den Ende, neerlandesa y con una amplia carrera como reportera en áreas de conflicto como Siria y ahora en Ucrania, hilvana desde el lugar de los hechos como la verdad es la primera víctima de la guerra.
“Mariúpol ha sido arrasada, los edificios se han derrumbado sobre todo debido a los ataques con cohetes y, por supuesto, también ha habido bombardeos”, detalla pero, puntualizó, gran parte de esa narración es falsa.
Los medios de comunicación occidentales, por supuesto, culpan a los rusos de estos bombardeos, pero Ucrania también tiene aviones que lanzan bombas, así que ¿cómo diablos se puede decir a unos pocos miles de kilómetros de distancia que son los rusos?, se preguntó.
Esta es una guerra de destrucción que ya he visto antes: en Siria, en Homs. Quizás también como en Dresde, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, aunque, por supuesto, lo de Dresde no lo puedo comprobar, precisó.
En opinión de la reportera Occidente convirtió la crisis en Ucrania en una guerra de propaganda. Todo el tiempo patrocina al ejército ucraniano y a sus batallones neonazis, aseveró.
Durante años, los medios de comunicación ignoraron los asaltos del ejército ucraniano a la población predominante rusófona del este de Ucrania, que se vio obligada a sobrevivir en búnkeres subterráneos.
Tras el golpe de estado del Maidan de 2014, respaldado por Estados Unidos, se suponía que iban a formar parte de la Unión Europea (UE) y del gobierno «títere» proeuropeo de Kiev. Había que tirar por la borda todos sus valores, normas, cultura y lengua, manifestó.
Para conseguir estos fines, aseveró, el presidente Petro Poroshenko, primero, y Volodymyr Zelensky, después, han llevado a cabo operaciones especiales que llamaron «lucha contra los terroristas».
Cuando esto no salió como estaba previsto, reclutaron y convirtieron al Batallón Azov y a otros grupos de derecha en parte del ejército regular, denunció.
Estos batallones son efectivamente neonazis, de padre a hijo están adoctrinados con la ideología nazi de la secta Stepan Bandera, aclaró la reportera neerlandesa.
Se les puede comparar con los yihadistas del ISIS (Daesh), adoctrinados ideológicamente y que luchan con speed u otras drogas por lo que, como dicen muchos testigos, matan a civiles al azar, indicó.
Van den Ende muestra con imágenes y testigos cómo los medios de comunicación occidentales mintieron a sus lectores sobre la realidad en Mariúpol y culparon a Rusia de acciones de barbarie cometidas por las fuerzas ucranianas.
El objetivo es claramente movilizar a la opinión pública contra Rusia en apoyo del cambio de régimen o incluso de una guerra a gran escala contra los rusos, subrayó.
Los medios de comunicación occidentales, junto con los políticos, venden al público historias, de las que me atrevo a decir que al menos la mitad son inventadas o utilizadas de otros conflictos, acotó la especialista.
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