Según el buró local de estadísticas, el Producto Interno Bruto se expandió solo 3,1 por ciento de enero a marzo pasados por la caída en el tercer mes del consumo, la producción industrial y el empleo, entre otros sectores.
Analistas alertan que el decrecimiento será mayor en el próximo trimestre porque la metrópoli sigue confinada, si bien algunos supermercados y fábricas reanudaron paulatinamente la actividad laboral.
Shanghái es el actual epicentro en China de la oleada de Covid-19 que provocó la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 y desde principios de marzo le dejó un saldo de 87 muertos y más de 500 mil casos.
Aunque las autoridades intentan minimizar el impacto económico en ese importante centro del comercio mundial, la actividad portuaria está limitada y existen atascos tanto para la llegada como para la salida de barcos.
Ello condujo a un mayor movimiento en las terminales de carga en los aeropuertos de la segunda potencia del planeta.
Pero expertos advierten que la congestión en el tráfico marítimo desde Shanghái derivará en un ritmo de importaciones más lento, pondrá en riesgo la cadena de suministro en el resto del mundo y sobre todo, dejará consecuencias negativas para las empresas que exportan e importan sus productos desde allí.
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