Según el portavoz de ese ente castrense, general de división Ígor Konashénkov, también resultaron destruidas 25 zonas de concentración de efectivos y equipamiento bélico ucranianos, además de ser eliminados 150 nacionalistas.
Señaló que las fuerzas armadas, mediante misiles de alta precisión, alcanzaron otras nueve infraestructuras militares enemigas, incluidos cuatro fortificaciones y puntos de agrupación de soldados y de armamento en la región de Járkov.
Los cohetes rusos también impactaron en talleres de una instalación de fabricación de explosivos para las fuerzas armadas ucranianas cerca de la ciudad de Pavlograd, indicó el alto oficial. Asimismo, la defensa aérea de Moscú aniquiló 10 drones.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar y desnazificar” Ucrania.
Según la cartera rusa de Defensa, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
rgh/mml