El contexto actual deja a demasiados niños sin protección contra esa enfermedad y otras prevenibles por vacunación, remarcaron mediante un comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Señalaron en tal sentido las interrupciones relacionadas con el SARS-CoV-2, patógeno causante de la Covid-19, las crecientes desigualdades en el acceso a los fármacos y la desviación de recursos de la inmunización de rutina.
El riesgo de grandes brotes aumentó a medida que las comunidades relajaron las prácticas de distanciamiento social y las demás medidas preventivas implementadas durante el punto álgido de la actual pandemia, describió el texto.
Añadió los millones de personas desplazadas debido a conflictos y crisis, las interrupciones en la vacunación de rutina y los servicios de inyección antiCovid-19, la falta de agua potable y saneamiento, y el hacinamiento.
A las agencias les preocupa que los brotes de sarampión también puedan advertir nuevos de otras enfermedades que no se propagan tan rápidamente, enfatizaron la OMS y Unicef.
Aparte de su efecto directo en el cuerpo, que puede ser letal, el virus del sarampión debilita el sistema inmunitario y hace que el niño sea más vulnerable a la neumonía y la diarrea, incluso meses después de la infección por sarampión entre quienes sobreviven, ejemplificaron.
«Esta es más que una enfermedad peligrosa y potencialmente mortal y una indicación temprana de que existen brechas en nuestra cobertura mundial de inmunización, que los niños vulnerables no pueden pagar», aseveró la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
Es alentador que las personas en muchas comunidades comiencen a sentirse protegidas de la Covid-19 para regresar a más actividades sociales, destacó. Empero, advirtió, hacerlo en lugares donde los niños no reciben la vacunación de rutina crea la tormenta perfecta para la propagación de una enfermedad como el sarampión.
El último año -a partir de abril de 2021-, las entidades subrayaron 21 brotes de sarampión grandes y perturbadores registrados en todo el orbe, los mayores en Somalia, Yemen, Nigeria, Afganistán y Etiopía.
Una cantidad importante de los casos contagiados se notificaron en África y la región del Mediterráneo oriental, aunque –puntualizaron- es probable que las cifras sean más altas, pues la pandemia interrumpió los sistemas de vigilancia, con un posible subregistro.
Para muchos otros padecimientos, el impacto de estas interrupciones en los servicios de inmunización se sentirá durante las próximas décadas, afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom.
car/znc