De acuerdo con el sumario, la Premio Nobel de la Paz en 1991, que ha estado bajo custodia militar desde la noche del Golpe de Estado de febrero del año pasado, aceptó un soborno de 600 mil dólares en efectivo y lingotes de oro.
Suu Kyi todavía enfrenta otros 10 cargos criminales, incluida la violación de la ley de secretos oficiales, corrupción y fraude electoral, y podría ser encarcelada por más de 100 años si es declarada culpable de todos ellos.
La dirigente de 76 años ya había sido sentenciada a seis años de prisión por incitación contra el ejército, violar las reglas de Covid-19 y violar una ley de telecomunicaciones, aunque permanecerá bajo arresto domiciliario hasta que concluyan todos los juicios.
La junta militar gobernante prohibió a los periodistas asistir a las audiencias judiciales y los abogados de Suu Kyi no pueden hablar con los medios de comunicación.
Expertos legales independientes consideran que su enjuiciamiento es injusto y tiene como objetivo evitar que regrese a un papel activo en la política de Myanmar.
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