Según la organización ambientalista, ocho tanqueros procedentes de Rusia descargaron 257 mil toneladas de crudo, valoradas en 227 millones de dólares, en territorio británico desde el inicio del conflicto bélico dos meses atrás.
A raíz de que Moscú lanzó la operación militar especial en apoyo a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, pero que el Reino Unido y el resto de las potencias occidentales tacharon de invasión, el gobierno británico y sus aliados impusieron sanciones económicas y financieras al país euroasiático.
En el caso de Londres, las medidas incluyeron la prohibición de que los buques de bandera rusa u operados por empresas de esa nación, atraquen en puertos británicos, pero de acuerdo con Greenpeace, el petróleo ruso sigue llegando en barcos de otras nacionalidades.
El gobierno británico no es ajeno a la hipocresía, pero prometer un apoyo inquebrantable a Ucrania mientras se reciben casi dos millones de barriles de petróleo ruso es algo falaz, incluso para los estándares de Boris Johnson, afirmó la activista del grupo ecologista Georgia Whitaker.
El primer ministro británico aseguró en febrero pasado que el Reino Unido, que importa de Rusia un ocho por ciento del petróleo y un 18 por ciento del diésel que consume, que el país cortará esa dependencia para finales de este año.
Además de exigir el fin de las importaciones de crudo ruso, Greenpeace pide al gobierno poner fin al uso de los combustibles fósiles, mejorar la eficiencia energética e implementar sistemas de calefacción que emitan cantidades bajas de gases contaminantes.
mem/nm