Tras su llegada al Consejo de Ministros extraordinario con sede en Meseberg, cerca de esta capital, la ministra subrayó que el suministro de alimentos ya no puede garantizarse a nivel global.
Gran parte de los granos provienen de Ucrania y de Rusia y las consecuencias de su escasez se dejarán sentir «de forma brutal en todo el mundo en los próximos meses».
Baerbock subrayó que hay regiones en el orbe en las que esta “situación alimentaria emergente» se topa con otras «crisis fatales» como la climática.
Para amortiguar estas consecuencias, agregó, el Gobierno alemán acordó crear una alianza destinada a apoyar a los países especialmente afectados por la subida de los precios.
Esa idea sería implementada en el marco de la presidencia alemana del G7 en los diversos formatos y con Naciones Unidas, enfatizó.
Desde Occidente y la UE culpan y sancionan a Rusia por la operación militar especial que desplegó en Ucrania, pero el Kremlin afirmó en varias ocasiones que sus acciones responden a una petición de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
Esos territorios del Donbass, de mayoría ruso parlante, sufren agresiones militares desde hace ocho años por parte del gobierno de Kiev, ante la mirada pasiva de la comunidad internacional.
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