Esas estadísticas representan un incremento de casi 40 millones de personas en tal situación respecto a 2020, indicó el estudio realizado por la alianza internacional formada por agencias de la ONU –entre ellas su Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) – la Unión Europea e instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
La investigación comprobó, además, que alrededor de 39,2 millones de personas enfrentaban emergencias o condiciones peores en 36 países, incluidas 570 mil en el nivel de catástrofe –hambre y muerte– en Etiopía, 401 mil; Sudán del Sur, 108 mil; Yemen, 47 mil; y el sur de Madagascar, 14 mil.
El número de afectados por esas terribles condiciones es cuatro y siete veces mayor que el observado en 2020 y 2016, respectivamente, señaló el texto al afirmar que 236 millones estaban bajo estrés en 41 países o territorios, necesitadas de asistencia vital para la reducción de desastres con vistas a impedir pasaran a niveles peores de seguridad alimentaria aguda.
Al respecto, puntualizó que alrededor del 70 por ciento de los individuos en situaciones de crisis, o peores, habitaban en 10 países o territorios -la República Democrática del Congo, Afganistán, Etiopía, Yemen, el norte de Nigeria, Siria, Sudán, Sudán del Sur, Paquistán y Haití- en siete de los cuales los conflictos fueron la causa principal de la carencia de alimentos de forma aguda.
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