Así apunta un reporte conjunto de Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y el Programa Mundial de Alimentos.
Millones de somalíes corren el riesgo de caer en la hambruna a medida que el impacto de una sequía prolongada continúa destruyendo vidas y medios de subsistencia, señala el informe.
Además, indica el documento, las crecientes necesidades superan los recursos disponibles para la asistencia humanitaria y por ello, la ONU solicita fondos urgentes con el fin de proporcionar ayuda.
De no solucionarse urgentemente esta escasez de recursos, la situación empeorará y se producirá un grave riesgo de hambruna generalizada, destaca el sitio oficial de noticias de la ONU.
La última vez que Somalia atravesó una situación similar fue en 2011, cuando la hambruna cobró unas 250 mil víctimas.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dialogó la víspera por teléfono con el presidente somalí, Mohamed Abdullahi Mohamed.
Durante la conversación, Guterres expresó su solidaridad con Somalia ante la peligrosa sequía y el aumento de los ataques de Al Shabab.
También manifestó su apoyo a la nueva Misión de la Unión Africana y su esperanza de que esa nación pueda garantizar su propia seguridad lo antes posible.
La inseguridad y el conflicto persisten en Somalia desde 1991, cuando alianzas guerrilleras derrocaron al presidente Mohamed Siad Barre, que ahora enfrenta al grupo extremista Al Shabab con la autoridad federal y de los estados semiautónomos.
El accionar de agrupaciones terroristas y una creciente inseguridad alimentaria afectan al territorio somalí y esto genera gran preocupación entre la comunidad internacional, como han expresado en varias ocasiones autoridades de Naciones Unidas y miembros del Consejo de Seguridad.
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