El Ministerio de Defensa precisó en un comunicado que el próximo jueves el Consejo Superior de Planificación de la Administración Civil, adscrito a esa cartera, aprobará establecer dos mil 536 unidades habitaciones mientras las sanciones para otras mil 452 marchan de forma paralela.
La titular del Interior, Ayelet Shaked, una firme partidaria de los asentamientos y conocida por sus posturas ultraderechistas, celebró la medida en su cuenta en Twitter al considerarla “algo básico, necesario y obvio”.
Ante las presiones internacionales, Tel Aviv suspendió a finales del pasado año la construcción de casi 10 mil viviendas en el antiguo aeropuerto de Qalandia, en la zona ocupada de la ciudad de Jerusalén. El plan transformaría la antigua terminal aérea de 124 hectáreas en un nuevo vecindario, con parques, hoteles, edificios públicos, zonas comerciales y viviendas para los judíos.
Según el diario The Times of Israel, en las últimas semanas aumentaron las presiones al primer ministro Naftali Bennett, incluso de su propio partido, para impulsar proyectos edificables para los colonos en Cisjordania.
Aunque la mayoría de los 25 planes programados para avanzar la próxima semana son en asentamientos ubicados cerca de la Línea Verde, la frontera de facto entre Israel y la margen occidental, otros se levantarán en lo profundo del territorio palestino, subrayó el rotativo.
“Este gobierno no es diferente a cualquier otro (…) Continúan construyendo en Cisjordania y destruyendo la posibilidad de un acuerdo”, denunció Hagit Ofran, de la organización israelí Paz Ahora.
Pese a la alta cifra planificada, Yossi Dagan, quien dirige a los colonos, consideró insuficiente los proyectos del Ejecutivo.
Según diversas fuentes, unos 490 mil israelíes viven en los asentamientos distribuidos a lo largo y ancho de Cisjordania y otros 200 mil en la zona este de Jerusalén.
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