La organización panárabe afirmó en un comunicado que esas acciones constituyen crímenes de guerra y de lesa humanidad de conformidad con lo dispuesto en el derecho internacional.
El silencio internacional ante los crímenes de esa nación alentó al régimen de Tel Aviv, lamentó.
Advirtió sobre las repercusiones regionales de los proyectos israelíes al considerar que afectan la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio.
Esos planes se enmarcan en el contexto de la agresión israelí en curso y en la escalada contra el pueblo palestino, que sufre una limpieza étnica por parte de los ocupantes, subrayó.
Tanto el Gobierno como los partidos palestinos criticaron el anuncio realizado ayer por las autoridades israelíes sobre la próxima aprobación a la propuesta para levantar las viviendas en la margen occidental.
Esta semana, la Corte Suprema de ese país rechazó una petición contra el desalojo de más de mil palestinos que habitan varias aldeas ubicadas en el sur de Cisjordania.
El fallo allana el camino para la demolición de los pequeños pueblos emplazados en un área conocida por los palestinos como Masafer Yatta, utilizada por el Ejército israelí como campo de entrenamiento desde hace décadas.
Mediante su sentencia, el máximo órgano de justicia autorizó de forma oficial a dejar sin techo a familias enteras, incluidos niños y ancianos, denunció la Asociación por los Derechos Civiles en Israel.
La lucha de los habitantes de Masafer Yatta comenzó en los años 70 del pasado siglo, cuando el vecino estado declaró la zona como un campo de tiro para sus militares.
De forma paralela, Tel Aviv rodeó ese territorio de varias colonias judías como Maoon, Karmael, Yaqoub Dali y Lifna.
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