Por Jhonah Díaz González
Jefe de la Redacción de Deportes de Prensa Latina
Millones de aficionados circularon en sus calendarios de bolsillo un día que consideran muy especial: el lunes 21 de noviembre próximo un silbatazo dará la orden y el balón Al Rihla -de la empresa Adidas- rodará por el césped… y ni los sociópatas quedarán ajenos.
Los organizadores de la lid -entre ellos la FIFA- andan en marcha rápida y ya diseñaron el crucigrama competitivo, aunque todavía restan tres espacios por completar y cerca de 200 días para el duelo Senegal-Países Bajos, que levantará las cortinas del primer certamen planetario de la disciplina en suelo árabe.
Justamente, el tope de marras generó un alto grado de descontento, además de verse como un agravio a la historia, pues Francia 1938 marcó la última vez que el local o el campeón defensor no jugaron el choque de apertura en la Copa del Mundo.
La enésima ruptura en un programa cubierto de pólvora per se. Eso sin obviar el abrupto cambio de fecha para enfrentar, de algún modo, las altas temperaturas en el territorio islámico, donde consumir bebidas alcohólicas en la vía pública puede derivar en serias sanciones, un detalle que los hinchas no podrán olvidar.
TIEMPO PARA NOSTRADAMUS
Pasemos a lo estrictamente deportivo. Ocho grupos -cada uno compuesto por cuatro equipos- fueron delineados, y si bien los profesionales en big data sacan cuentas y sopesan pros y contras, queda claro la inexistencia de la clásica “llave de la muerte” que -casi- siempre dejan estos veleidosos sorteos.
Eso resulta un tema tan subjetivo como la misma paridad existente en varios de los segmentos. De hecho, sobran las opciones para ejemplificar el equilibrio: las llaves A, D, F, G y H fueron tendencia en las redes sociales, mientras que algunos invirtieron afanosamente su tiempo en dilucidar cuál es la más difícil.
En este punto, tocan las frases “obligadas” en los diálogos: “todos son rivales fuertes”, “los partidos se ganan en la cancha”, “no hay contrario débil”. Pero ¿de veras existe un “grupo de la muerte”? ¿Hay uno, dos o ninguno? Tales preguntas quedan a la libre determinación, como La’eeb, la mascota del evento.
Y si bien la espera se hace larga, vale la pena frotarse las manos y resoplar mil veces, porque se acerca el momento de disfrutar el encanto de un España-Alemania en la primera fase, aplaudir los goles y las gambetas de los más prominentes jugadores en la actualidad y enaltecer al campeón de un torneo que hoy se antoja bastante abierto.
Sobre el desafío de marras, el portero y capitán de los alemanes, Manuel Neuer, expuso tener «malos recuerdos recientes de España», en alusión al 0-6 que encajó en la Liga de Naciones, pero advirtió: “Eso no nos pasa dos veces».
Empero Francia, vigente monarca, luce como la gran candidata a la corona, con un núcleo de atletas excelsos, como Kylian Mbappé, Karim Benzema, Antoine Griezmann, N’Golo Kante, Paul Pogba, Benjamin Pavard, Raphael Varane y Lucas Hernández, entre otros.
Igual, sería un craso error olvidar a la Roja de Luis Enrique o la Mannschaft de Hans Flick. Ni tampoco a Brasil, líder del ranking, Inglaterra, Argentina, Bélgica, el citado Países Bajos o hasta Portugal, todo eso con Italia, rey de Europa, fuera del convite.
«Brasil, Argentina, España y Francia» son los candidatos del delantero galo Antoine Griezmann, quien buscará el bicampeonato después de ser pieza fundamental en la obtención del trofeo en 2018.
¿EL ÚLTIMO BAILE?
Qatar 2022 podría quedar en los libros de relatos como el último Mundial de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Por suerte para el fútbol, el sudamericano y el luso estarán en el pequeño país sobre el golfo Pérsico de apenas 2.650.000 habitantes, cifra inferior a la población de Buenos Aires o la Gran Área Metropolitana de Lisboa.
Seamos sinceros: llega un estado puro de complacencia al recordar que Argentina -lista hace muchísimo tiempo- y Portugal -que no defraudó en el repechaje continental- participarán en la mega promocionada lid.
Tanto le debemos a la Pulga y a CR7 que hubiese sido un ultraje a la justicia no verlos en lo que todo indica será el quinto certamen universal de sus ilustres carreras.
Esta vez no exhibirán el cartel de “mejores”. Existe un Mbappé en modo on fire, Benzema parece insaciable, el olfato goleador de Robert Lewandowski no tiene desperdicio… sin embargo, los reflectores enfocarán a los megacracks del siglo XXI, como también nuestros pensamientos y la triste idea del adiós inevitable por las leyes propias de la vida.
Hasta el momento, el sudamericano no dijo nada sobre su futuro, mientras el europeo dejó claro que él es el dueño de sus decisiones y sabrá -en algún momento- si podrá llegar a la lid de 2026 en óptimas condiciones, como se lo exige su trayectoria deportiva.
Al final, en nuestro imaginario Leo seguirá siendo el “hombre perro” que moldeó a golpe de teclas el escritor Hernán Casciari, y Cristiano el “míster Champions” ovacionado por los relatores con atractivo ritmo. Porque, aunque los haters se empeñen, sabemos que este par de genios ha sido una bendición divina para el deporte.
arb/jdg
