En ese sentido, el periodista Jaime Flores aplaudió en El Periódico de Panamá la celebración de una cumbre paralela de los pueblos, como alternativa al monólogo de la política del Pentágono en el que pretende convertir Washington la cita de junio en Los Angeles, California.
Para el estudioso, la «cumbre imperial» está destinada a continuar sometiendo a las naciones de Latinoamérica y el Caribe, especialmente aquellas cuyos gobernantes se inclinan de forma permanente a los intereses de la Casa Blanca.
Flores subrayó además la reacción desatada frente a esa ofensiva de exclusión, entre ellas la del presidente de México, Manuel López Obrador; y la del embajador de Antigua y Barbuda en el norteño país, Ronald Sanders, quien señaló que los 14 países de la Comunidad del Caribe se ausentarían en protesta a esta nueva acción.
Para el analista, Estados Unidos es el país donde más se violan los derechos humanos de los afrodescendientes y latinos; además de señalar que su política exterior «está manchada de pueblos invadidos, como Panamá y dictadores sanguinarios impuestos por ellos en todo el mundo».
“Excluir a Cuba de la Cumbre de las Américas, representa un nuevo intento de doblegar al Gobierno y al pueblo cubano, quien con dignidad lleva más de 60 años enfrentando el bloqueo estadounidense y sus acciones guerreristas”, remarcó.
También subrayó el espíritu solidario de la isla con otras naciones, incluso desarrolladas como Italia, el enviar brigadas médicas para enfrentar la pandemia de la Covid-19, las cuales agradecieron ese gesto de humanidad, del cual también se benefició el istmo.
Cuba es hoy por hoy un país que avanza, a pesar del bloqueo, gracias al espíritu de unidad y autodeterminación de su pueblo, que ha decidido no inclinarse, agregó Flores.
Al respecto alabó que la mayor isla de las Antillas es el único país de América Latina que ha desarrollado vacunas efectivas contra la enfermedad, labor reconocida a nivel mundial.
La Cumbre de los Pueblos convocada el pasado 2 de mayo en La Habana, reiteró, será para discutir los verdaderos problemas que atraviesa la región: pobreza, exclusión, neoliberalismo, corrupción, explotación y saqueo de los recursos naturales y minerales, entre otros.
A ese encuentro, aseveró, «no se asistirá con agenda previa aprobada, ni con lineamientos de sumisión, por el contrario, será un foro de contenido popular y social, que denunciará la política hegemónica de Estados Unidos y las vías de seguir forjando la unidad».
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