Según el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, tal porcentaje resulta la variación más alta para abril desde 1996 (1,26 por ciento), es decir, en 26 años, impulsada por la subida de los precios de los combustibles.
En lo que va de 2022, el IPCA acopia un máximo de 4,29 por ciento y en el periodo de 12 meses el indicador acumuló 12,13, una tasa sin precedentes desde octubre de 2003, cuando alcanzó 13,98.
Con el resultado de abril, son ya ocho meses consecutivos con la inflación por encima de los dos dígitos, lo cual refuerza las apuestas de un nuevo crecimiento del tipo de interés básico (Selic), actualmente en 12,75 por ciento anual.
Ocho de los nueve grupos de productos y servicios encuestados subieron en abril. El grupo de la vivienda fue el único que registró una deflación, presionado por la caída del coste de la electricidad en el país.
Volvió la gasolina a ser la gran protagonista de la inflación del mes, con un ascenso del 2,48 por ciento, que por sí sola supuso 0,17 puntos porcentuales del índice.
«La gasolina es la partida más importante en el IPCA (6,71 por ciento), pero otros combustibles también aumentaron. El etanol subió un 8,44, el gasóleo un 4,74 y el gas vehicular un 0,24», afirmó el investigador André Almeida.
En 12 meses, la gasolina acumuló un máximo del 31,22 por ciento, el etanol (42,11) y el gasóleo (53,5).
Los precios de los alimentos, que treparon el mes anterior, siguieron aumentando en abril.
Tal escalada fue impulsada por los importes de los alimentos para el consumo doméstico (2,59 por ciento).
Entre las principales crecidas de valores destacan la leche de larga duración (10,31 por ciento), las papas (18,28), los tomates (10,18), el aceite de soja (8,24), el pan francés (4,52) y la carne (1,02).
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