En un artículo de opinión publicado en el diario The Hill, Ryan C. Berg, investigador principal del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) y Daniel F. Runde, también de esa institución, señalan que el evento corría el riesgo de convertirse en un asunto somnífero.
Sin embargo, tras las decisiones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de quedarse en casa, el gobierno de Joe Biden hace un esfuerzo por salvar el encuentro.
Sin los dos países y economías más grandes de la región, la Cumbre de las Américas está descarrilando, subrayaron.
Ostensiblemente, algunos líderes regionales se quejan de la exclusión de Venezuela, Nicaragua y Cuba de la lista de invitados.
Estimaron los expertos que países grandes como México dieron cobertura a países más pequeños, como Bolivia o los del Caribe, para amenazar también con su ausencia, lo que según otros análisis debería obligar a la Casa Blanca a repensar su posición.
Sin embargo, aseguran, la crisis actual va mucho más allá de las quejas sobre la política de Estados Unidos hacia Venezuela, Nicaragua y Cuba, en una región que se está desplazando políticamente hacia la izquierda.
Berg y Runde sostienen además que el hemisferio occidental percibe un sentimiento abrumador de abandono por parte de Estados Unidos y, por lo tanto, muy poco beneficio para la participación en la Cumbre.
La falta de una auténtica oferta positiva -y de una contraoferta a la creciente presencia de China- en los temas más importantes para nuestra vecindad compartida llevó a la administración Biden a este punto, opinaron.
Valoran los analistas que la administración Biden tiene razón al señalar que los clubes y las cumbres deben tener unos criterios mínimos para determinar quién participa y quién se queda al otro lado de las cuerdas de terciopelo. Sin embargo, consideran, la administración fracasó por completo a la hora de desarrollar un conjunto de políticas que atraigan la participación necesaria para que la Cumbre de las Américas sea un éxito.
Para salvar la Cumbres, dijeron, el gobierno de Biden debe centrarse en varias áreas políticas clave, rápida y públicamente, entre ellas de comercio y desarrollo, y Tratados de Libre Comercio con grupos y naciones del área.
Para complementar estas políticas, puntualizaron, Biden podría anunciar su apoyo a un muy necesario aumento de capital en el Banco Interamericano de Desarrollo, sugirieron.
Acentuaron los expertos de CSIS que para salvar el evento y asegurar la participación de varios líderes clave, Biden debe comunicar su voluntad de entablar conversaciones bilaterales al margen del evento.
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