“Todos los que ayer le dieron aire a este Gobierno son hoy cómplices de estos robos y crímenes”, escribió la diputada Aida Touma-Sliman, en alusión al partido islamista Raam, que retornó la víspera a la coalición en el poder.
Su colega en el hemiciclo Mossi Raz también cuestionó los planes aprobados por el subcomité de Planificación Superior de la Administración Civil, un organismo dependiente del Ministerio de Defensa.
Esas cuatro mil viviendas están a cuatro mil pasos de la paz, la seguridad, la moralidad y la justicia, subrayó Raz en la misma red social.
Por su parte, la organización no gubernamental Paz Ahora calificó al nuevo plan como una bofetada “no solo a la perspectiva de paz, sino también a la posibilidad de un futuro desarrollo económico palestino”.
La construcción de asentamientos ilegales va en contra de los intereses israelíes y la única razón para aprobar esos proyectos es el deseo de complacer a los partidos de derecha, aseguró en un comunicado el grupo fundado por exmilitares.
Aunque la mayoría de las construcciones serán levantadas en colonias ubicadas cerca de la Línea Verde, la frontera de facto entre Israel y la margen occidental, otras se erigirán en lo profundo del territorio palestino.
Según cifras oficiales, más de 690 mil colonos judíos viven en ese territorio palestino, incluidos 200 mil en la zona oriental de la ciudad de Jerusalén, ocupada desde la guerra de 1967.
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