Como puntos principales del documento figuran el impacto desmedido que la violencia policial y la inseguridad alimentaria causan a este grupo.
El llamado Argumento contra el Precepto Fundamental solicita, entre otras acciones, la elaboración de un denominado Plan Nacional de Enfrentamiento contra el Racismo Institucional, en un plazo de un año.
De igual manera políticas para reducir la letalidad policial y la creación de protocolos transparentes de aproximación policial y uso de la fuerza por parte de los agentes de seguridad.
La petición presenta una serie de datos que apuntan a violaciones sistemáticas de los derechos constitucionales a la vida, la salud y la alimentación digna, contextos en los que la población negra se ve afectada de forma desproporcionada.
Entre los hogares que tienen seguridad alimentaria, solo un 36,9 por ciento tiene a la cabeza personas autodeclaradas negras o mestizas.
Las moradas con inseguridad alimenticia grave, el 58,1 por ciento lo encabeza un hombre/mujer de raza negra.
Una reciente investigación realizada por el portal G1 reveló que el 81,5 por ciento de los muertos por la policía durante 2021 en el país fueron negros.
La pesquisa contó además con la colaboración del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) y el Centro de Estudios de la Violencia de la Universidad de Sao Paulo.
Tal estudio pone al desnudo que los planteamientos policiales reflejan el racismo histórico del gigante suramericano.
Además de los agentes de seguridad, la responsabilidad de este guarismo debe atribuirse también a instituciones del sistema de justicia.
Considerando solo los casos en los que se revela el color de la piel, las cifras revelan que de las dos mil 700 víctimas, dos mil 200 son negras (81,5 por ciento).
«Los negros siguen siendo las principales víctimas de las intervenciones policiales con resultado de muerte: si representan el 56 por ciento de la población (de casi 213 millones de habitantes), constituyen el 81,5 por ciento de las víctimas de la letalidad policial», afirman Samira Bueno y Renato Sérgio de Lima, del FBSP.
Hay una concepción de que seríamos inferiores, peligrosos y propensos a la delincuencia, asegura Dennis Pacheco, investigador del foro.
A partir de esto, advierte, «se construyen estereotipos en torno a la figura del joven periférico que hace que la policía, los guardias de seguridad privada y la gente común sean más propensos a practicar la violencia contra los negros».
jha/ocs