Si bien son mayoritariamente las personas mayores las que prefieren los dispositivos con teclas, sin Internet y con lo indispensable, llamadas y sms, una franja de ciudadanos de 30 a 35 años comenzó a adquirir también los aparatos más simples.
Un reportaje de la cadena de televisión Antena 3 reveló que en realidad algunos jóvenes los tienen como alternativa para sus labores cotidianas, sin renunciar a un segundo móvil, este sí inteligente.
Está demostrado que los celulares a la antigua, de teclas y más sencillos, no son rastreables, y por tanto casi imposible que sean “pinchados”.
En España, hay un escándalo en curso por el espionaje a figuras políticas del país.
Paz Esteban, hasta hace dos días titular del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), fue la primera cabeza en rodar por las escuchas con el programa Pegasus al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus ministros de Defensa, Margarita Robles, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
También, admitió Esteban que, con apego a una orden judicial, había espiado a 18 independentistas catalanes, incluido el actual president de la Generalitat, Pere Aragonés.
La asunción este jueves como secretaria de Estado nueva directora del CNI de Esperanza Casteleiro, lejos de aplacar los ánimos encendió más la hoguera.
Mientras, como el tema desata un cierto ambiente de inseguridad, algunos ciudadanos toman medidas de resguardo, sobre todo para restringir la práctica de tener todos los datos bancarios en los teléfonos celulares.
Hackeo o espionaje, da lo mismo. Los españoles miran ahora con recelo a los dispositivos móviles y un sector considera que tener una alternativa de “tontos” no es mala idea.
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