Una considerable fuerza de seguridad israelí acordonó el hospital francés, donde reposaba desde ayer el cuerpo de la reportera a la espera de su funeral y posterior entierro.
Mientras los dolientes cargaban sobre sus hombros el ataúd para llevarlo a una iglesia cercana, los uniformados comenzaron a golpear a los presentes que coreaban consignas contra la ocupación, según imágenes de varias televisoras árabes.
La Media Luna Roja informó en un comunicado que decenas de personas resultaron heridas como consecuencia de los ataques.
La agencia oficial de noticias Wafa precisó que tras la carga, la policía permitió trasladar el féretro al templo cristiano en un vehículo funerario pero sin acompañantes.
Israel elevó este viernes el nivel de alerta y envió a esa ciudad a fuerzas adicionales ante el esperado funeral multitudinario de la reportera de 51 años, quien trabajaba para la televisora qatarí Al Jazeera.
Su muerte conmocionó a los territorios ocupados y provocó una ola de condenas internacionales, incluso de aliados de Tel Aviv.
En numerosas ciudades y aldeas los pobladores colgaron fotos de Abu Akleh, banderas y depositaron ofrendas florales en su honor. Mientras, en las escuelas de la franja de Gaza los niños y jóvenes la despidieron con diversos actos.
En esta ciudad, sede administrativa de la Autoridad Nacional Palestina, el presidente Mahmoud Abbas y el primer ministro Muhammad Shtayyeh, así como numerosos políticos y miembros del gabinete rindieron ayer homenaje a la comunicadora, que recibió un disparo en la cabeza cuando cubría una nueva operación militar israelí en la urbe de Jenin.
Al intervenir en la ceremonia, Abbas anunció que acudirá a la Corte Internacional de Justicia para castigar a los culpables y responsabilizó a Israel por el nuevo crimen.
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