Según confirmó la Casa Blanca, Biden, junto su esposa Jill, visitará a las familias que perdieron a seres queridos en esa tragedia y se reunirá también con líderes comunitarios, así como con miembros de las fuerzas de seguridad y de emergencias.
El mandatario recorrerá igualmente el área del supermercado «Tops», escenario de la masacre perpetrada el sábado por un joven blanco de 18 años identificado como Payton Gendron, quien al momento de ejecutar su acción llevaba un chaleco antibalas y empuñaba un fusil de asalto AR-15.
La investigación apuntó que se trata de un ataque racista y terrorista, ya que el sospechoso hizo un manifiesto en el que aseguró que quería matar a «todos los negros» y además, previo a la masacre, hizo un reconocimiento de la zona, habitada mayoritariamente por población negra.
De acuerdo con la mansión ejecutiva, Biden, quien el domingo advirtió que el odio es “una mancha en el alma de Estados Unidos”, dará un discurso en el que tiene previsto pedir a los ciudadanos que rechacen las ideas racistas que dividen a la nación.
Al propio tiempo urgirá al Congreso a aprobar leyes para endurecer el control de las armas de fuego, algo que encuentra una fuerte oposición de la Asociación Nacional del Rifle.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, describió el crimen como una «ejecución de estilo militar» y subrayó que los mensajes racistas se están «extendiendo como un incendio forestal», especialmente en Internet.
«Debemos abordar el flagelo de la violencia armada y finalmente prohibir las armas de guerra en nuestras calles», expresó por su parte el senador demócrata por Nueva York Charles Schumer, líder de la mayoría en la Cámara Alta del Congreso.
En lo que va de año, alrededor de 16 mil personas murieron en el país por causas asociadas a las armas de fuego y los tiroteos masivos suman más de 200, señaló la organización Gun Violence Archive.
La matanza en Buffalo evocó otros ataques racistas. Aún están abiertas las heridas en Carolina del Sur donde un joven blanco mató a nueve fieles en una iglesia en 2015 y en Texas, donde también un hombre de igual raza acabó en 2019 con la vida de 23 personas, gran parte de ellas latinas.
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