Al conversar con representantes de la sociedad civil en la ciudad de Bobo-Dioulasso, en el noroeste y la segunda en importancia, Damiba llamó a no olvidar que el país se dirigía a un abismo antes del 22 de enero pasado (cuando se produjo el golpe de Estado contra el mandatario Roch Marc Kaboré).
Expuso que la desesperación en la recuperación de la seguridad no debe hacer lo que está en juego en la transición, la cual desde marzo pasado durará 36 meses hasta la celebración de elecciones.
«Debemos considerar que la transición es una oportunidad para Burkina Faso», acotó.
Tras asegurar que son burkinabeses los que se levantaron en armas contra el Gobierno, expresó que buscan la manera de que depongan las acciones violentas y utilicen otras vías para resolver las diferencias.
Los que se nieguen, continuó, los buscaremos hasta sus escondites.
El encuentro este viernes sirvió para que los participantes de la región de Hauts-Bassins (noroeste) se comprometieran a unirse para luchar eficazmente contra el terrorismo en Burkina Faso.
Entretanto, el Ejército ultimó en el más reciente mes a 70 extremistas durante operaciones realizadas en zonas del Norte, Este y Suroeste del territorio nacional del 15 de abril al 15 de este mes.
Mediante sus acciones beligerantes desde hace siete años (2015), grupos extremistas como el Estado Islámico, ligado a la red al Qaeda, causaron mil 200 muertes y provocaron el desplazamiento de más de 1,8 millones de civiles, según datos gubernamentales.
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