Por estas tierras ambas definicionespodríanparecer lo mismo, aunque no es igual. La primera se utiliza para denominar a esa persona con la que se tienen vínculos afectivos y a quien se quiere, pero la segunda implica más que eso.
Para los venezolanos es ese ser incondicional con el que pueden contar siempre, el que llevan a la casa y comparten la comida o hasta la cama si es necesario, el “compinche”, el “carnal”, el “hermano”.
Aunque el término se emplea también en Colombia y en otras naciones sudamericanas y caribeñas con la misma connotación, sentimentalmente no tiene idénticas implicaciones.
Y es que cuando alguien en Venezuela dice “este es mi pana”, no lo dude, se ganó un lugar en “su Olimpo” y a partir de ese momento todas las puertas estarán abiertas. Encontrarse en esa categoría da el derecho a llamar a cualquier hora,compartir secretos, tener la certeza que esa otra persona estará siempre para usted y viceversa.
Varias son las versiones en torno al origen de la palabra, algunas lo asocian a ese vocablo indígena que significa miembro de la familia o panaca (familia) y otras lo atribuyen a una derivación del inglés partner (socio, compañero, en español).
Sin embargo, la más conocida ubica su surgimiento en la Caracas de los años 60 del pasado siglo, cuando los jóvenes se citaban para tomar café en las panaderías -para los venezolanos el café sin pan o tortas es un sacrilegio-, y así empezó a denominarse a quienes allí se reunían, quizás por el lugar o por aquello de “ser un pan”, un buena gente.
En realidad, poco importa de dónde viene el término, ni tampoco el estatus social o el nivel cultural, en cualquier medio escuchar “es mi pana”lleva el mensaje implícito de una lealtad infinita que no cualquiera puede ganarse.
(Tomado de Orbe)