En la primera jornada del encuentro, el vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, dijo que actualmente coexisten cuatro crisis: una elevada inflación, el aumento de los precios de la energía, la pobreza alimentaria y los problemas climáticos.
No podemos resolver las dificultades si nos concentramos en una sola de estas áreas, pero si no se soluciona ninguna, realmente entraremos en una recesión con un efecto tremendo en la estabilidad mundial, dijo el político.
A estas declaraciones se sumaron las advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), que en un informe divulgado este lunes urgía a los Estados a adoptar medidas para restaurar la confianza de los consumidores y evitar la fragmentación geoeconómica.
Señala el documento que ese es el camino en un contexto donde la economía enfrenta tal vez su mayor reto desde la Segunda Guerra Mundial y apunta cuatro medidas prioritarias.
Estas son la reducción de barreras comerciales, promover acuerdos sobre la deuda de países vulnerables, modernizar los sistemas de pago transfronterizos, y afrontar la transformación hacia la energía verde.
Sin embargo, el mensaje transmitido por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, distó mucho de esa proyección, al pedir el cese de todo el comercio con Rusia e imponer el máximo de sanciones posibles a ese país, pues en su opinión aún no han llegado a ese punto.
En su intervención a distancia, Zelenski reclamó además el envío de armas a Kiev.
Tras más de dos años desde su último encuentro, el Foro Económico Mundial inició su reunión anual con la participación de alrededor de dos mil 500 líderes mundiales.
Hasta el próximo 26 de mayo, en la localidad suiza de Davos-Klosters debatirán temas como las perspectivas del sector energético, la inestabilidad de la economía mundial, la emergencia alimentaria y el cambio climático.
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