Un funcionario del Ministerio de Ecología y Medioambiente dijo en rueda de prensa que entre enero y abril pasados 339 grandes urbes del país reportaron una densidad promedio de ese elemento de 127 microgramos por metro cúbico, o sea, un 8,5 por ciento de aumento en comparación con la misma etapa de 2021.
Incluso, el incremento sobrepasó el 20 por ciento en lugares como Chengdu, Chongqing y otras importantes metrópolis ribereñas del río Yangtsé.
“La situación no es optimista. El Ministerio tiene por delante un camino duro cuando se trata de control”, dijo la fuente, al agregar que el ozono es el principal contaminante del aire durante el verano.
China disminuyó en el último lustro a 40 por ciento el nivel de polución del aire en muchas urbes mediante medidas como el cierre de plantas que operaban con carbón, restricciones al tráfico vehicular y uso de gas natural.
Las PM2.5 absorben los elementos responsables de generar el ozono y al bajar aumentó la presencia del químico en los niveles inferiores de la atmósfera.
Respirar aire con alta concentración de ozono es altamente perjudicial para los asmáticos, niños, ancianos, deportistas y quienes trabajan en los exteriores.
Además, el fenómeno reduce la producción agrícola y actúa como corrosivo en las fachadas de los edificios.
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