La publicación por el Congreso del Reglamento, la víspera, dio luz verde al ajuste aprobado semanas atrás como Ley de Apoyo Temporal para los consumidores por cuatro meses y en medio de dudas sobre su alcance e influencia en el costo de la canasta básica alimentaria, también por las nubes.
Hasta ayer, estuvo vigente un apoyo de cinco quetzales por galón de diésel (0,65 centavos de dólar) y de 2,50 quetzales (0,33 centavos de dólar) para la gasolina regular; sin embargo, los guatemaltecos consideran que su impacto en el bolsillo no fue el esperado ante constantes alzas en las gasolineras.
A partir de este martes, el descuento amplió su rango e incluye a la gasolina especial, que junto a la regular pasó a ser de cinco quetzales por cada galón (0,65 centavos de dólar).
Por su parte, hubo también aumento de la subvención para el diésel, ahora de siete quetzales (0,91 centavos de dólar).
La aplicación y entrega del apoyo social temporal está a cargo del Ministerio de Energía y Minas, y su verificación corresponderá al Ministerio de Economía a través de la Dirección de Asistencia al Consumidor, la Dirección General de Hidrocarburos y la Superintendencia de Administración Tributaria.
Sin embargo, este aspecto de la fiscalización es el que más críticas recibe por la incapacidad del Estado de establecer mecanismos de control para asegurar que no se esté tirando el dinero a la basura o simplemente regalándolo a un oligopolio, alertó en un reciente editorial el periódico La Hora.
«Algo puede y debe estar pasando para que el subsidio, que sale del bolsillo de todos los contribuyentes (tengan o no vehículos) no se refleje en un nivel de precios siquiera igual al que hay en otros países cercanos en donde los costos reales de la gasolina son similares al nuestro», indicó el vespertino.
La víspera, el precio fijado de la gasolina regular en autoservicio era de 39,49 quetzales (5,14 dólares) y la súper superaba los 40 quetzales (5,21 dólares) por galón, ya con el descuento.
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