El público objetivo de esta segunda fase incluyó ancianos, trabajadores del área de salud, niños con edad entre seis meses y cinco años, gestantes y puérperas, pueblos indígenas, profesores y personas con comorbilidades.
La vacuna trivalente contra la gripe utilizada por el Sistema Único de Salud resulta eficaz contra las cepas H1N1, H3N2 y tipo B.
Una primera expectativa anunciada por la cartera era inmunizar, en las cerca de 38 mil unidades básicas de salud, el 90 por ciento del público blanco que corresponde a 76,5 millones de personas entre más de 213 millones de habitantes del país.
En el primer ciclo de esta cruzada, dirigido a personas con 60 años o más y a trabajadores de la salud, el ministerio notificó «más de 50 mil» puestos dedicados a la inoculación.
Durante ese periodo, tal personal recibió la vacuna contra la influenza. A los de la salud se les sugirió la actualización del Libro de Vacunación para aquellos que no tomaron el inmunizante contra el sarampión.
«Vale recordar que los niños necesitaban recibir, además de la vacuna contra la influenza, la del sarampión. No hay necesidad de cumplir el intervalo para la aplicación de las dosis», destacó el ministerio.
De esta forma, precisó, las dos inyecciones podrían administrarse en la misma jornada. «Desde la primera etapa, los profesionales de salud también pueden actualizar la cartera de vacunación con la triple viral», agregó.
El ministerio señaló que la vacunación simultánea es una actividad recomendada por el Programa Nacional de Inmunización para reducir las oportunidades perdidas de inoculación.
En julio de 2020, el sarampión y la fiebre amarilla avanzaron en el gigante suramericano en medio de la pandemia de Covid-19, por la caída de la vacunación para protegerse de estos padecimientos.
La desconfianza a la exposición del patógeno llevó a un desplome en la inoculación, que pudo desencadenar el regreso de enfermedades erradicadas.
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