Apenas representa un pequeño punto en el mapa, “invisible” para algunos, con una extensión de 18 kilómetros cuadrados y una población que ronda los cinco mil habitantes. Su ciudad capital es Port Elizabeth y la mayor altura Mount Pleasant, con 268 metros sobre el nivel del mar.
Considerado un destino paradisíaco por excelencia de las Antillas menores, la isla tiene mucho que ofrecer al visitante, no importa su procedencia. Los lugareños aseguran que se enamorarán del sitio y a él regresarán una y otra vez.
Varios son los puntos de interés, ya sea por la vista general o el disfrute de atractivos exclusivos. El forastero puede hacerse una idea de la magnificencia de la naturaleza desde el mirador Saint Hilaire Point.
La playa de Ravine Bay es la más famosa y concurrida, que como las del resto del Caribe insular destaca por su arena blanca y fina y aguas color azul-turquesa, casi transparentes.
Si bien el acceso no es sencillo por las características del terreno, la meta bien merece el esfuerzo, un premio que según los granadinos pertenece a privilegiados.
Definida como una aldea de pescadores, la comunidad de Paget Farm constituye una vitrina de la vida en este lugar y también una provocación al paladar con platos típicos elaborados sobre la base del pescado fresco.
Bequia posee además una pequeña pero bien equipada infraestructura hotelera que en época de verano no es suficiente para hospedar a todos los turistas. Sin embargo, la cercanía con el resto de las partes del archipiélago hace posible la modalidad conocida como pasadía.
(Tomado de Orbe)