Johnson, quien atraviesa por el peor momento de su carácter política por el escándalo de las fiestas ilegales celebradas en su despacho del número 10 de Downing Street durante la cuarentena por la pandemia de Covid-19, logró el respaldo de 211 diputados, contra 148 que votaron por su destitución.
La victoria lograda este lunes ratifica al gobernante como primer ministro de la nación y líder del Partido Conservador, cuyas reglas establecen que no podrá ser sometido a otra moción de censura en un año.
Aunque Johnson solo necesitaba 180 votos para sobrevivir, el hecho de que el 41 por ciento de su bancada parlamentaria le retiró el apoyo deja al primer ministro en una posición muy difícil para gobernar.
Podría sobrevenir un periodo en el que Johnson esté en el cargo, pero no en el poder, aseguró la editora política de la cadena Sky News, Beth Rigby, al comentar los resultados de la votación.
Según Rigby, los conservadores podrían perder la mayoría parlamentaria ganada en las elecciones generales de 2019 si solamente 40 de sus legisladores se oponen de forma sistemática en la Cámara de los Comunes a las propuestas del Ejecutivo.
El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, quien horas antes de la votación dijo que la moción de censura era el principio del fin de Johnson, acusó a sus rivales Tories en el Parlamento de ignorar el deseo de los británicos al apoyar al gobernante.
Los legisladores conservadores tomaron una decisión esta noche. Ignoraron al público y se ataron ellos y su partido a Boris Johnson y a todo lo que él representa, sentenció Starmer, quien afirmó que los electores británicos están cansados de un primer ministro que, dijo, “preside una cultura de mentiras y violaciones de la ley en el corazón del gobierno”.
Las críticas al liderazgo de Johnson aumentaron después que un informe oficial responsabilizó a la máxima dirección política del país por las violaciones de las normas antiCovid-19 con la celebración de eventos sociales en Downing Street y otras dependencias gubernamentales en momentos en que la nación estaba bajo un confinamiento estricto por la pandemia.
Una pesquisa paralela sobre el llamado «partygate» realizada por la Policía Metropolitana concluyó en abril pasado con la imposición de más de un centenar de multas a 83 personas, entre ellas el primer ministro, por infringir las normas sanitarias implementadas para impedir la propagación del virus.
Johnson también enfrenta una investigación parlamentaria que busca determinar si mintió de forma deliberada en el Parlamento cuando les aseguró a los diputados que en Downing Street no se celebraron fiestas ilegales ni se violaron las reglas de la Covid-19.
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