Tras recorrer áreas agrícolas del territorio, el presidente del Grupo Empresarial Tabacuba, Marino Murillo, dijo que unas 503 toneladas de la hoja muestran diferentes grados de afectaciones parcial o total.
Aquí se acumulaban más de 41 mil toneladas de tabaco para su procesamiento pre-industrial en diversas estructuras como casas de cura natural, pertenecientes a los vegueros, y de las cuales 90 sufrieron daños y nueve fueron derrumbadas por las aguas.
Las cifras, hoy preliminares, podrían variar en lo sucesivo si se tiene en cuenta que la humedad relativa reinante promedia 95 por ciento y ello constituye un peligro para el tabaco dadas sus características higroscópicas.
Por ello, argumentó Gonzalo Pérez, director agrícola de ese grupo, las recomendaciones de los especialistas están dirigidas a contrarrestar la humedad mediante calor con el empleo de carbón, distanciar cujes del piso, proteger los pilones de las hojas con mantas y tomar constantemente su temperatura.
Así contrarrestamos un posible proceso de fermentación, explicó el experto.
Conocedores de esos métodos, los vegueros vueltabajeros, que aportan el 75 por ciento a la producción nacional, toda la tripa y el capote que requieren los habanos para su elaboración, ponen en práctica cada medida.
En su casa de cura natural, el productor Reynier Rojas preserva de esa manera 16 mil cujes de tabaco de excelente calidad. Es una práctica aprendida de mis ancestros y que hoy tiene total vigencia, aseguró el joven veguero.
La reparación y construcción de las casas dañadas o derribadas por las lluvias se iniciará en breve con el apoyo del Grupo Empresarial Tabacuba, dijo su presidente quien adelantó que para la venidera campaña, prevista para iniciar en octubre, Cuba plantará 20 mil hectáreas de la solanácea.
Nuestro tabaco es muy demandado en el mundo, su calidad lo hace único, por tanto, sabremos enfrentar esta situación adversa y proseguir el programa de desarrollo previsto, concluyó Marino Murillo.
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