En algunas zonas ya hay transmisión comunitaria y mujeres infectadas, resaltó durante una rueda de prensa el director general la entidad, Tedros Adhanom, quien descartó muertes en esas naciones.
La autoridad pidió a los gobiernos realizar todos los esfuerzos para identificar los contagiados y contactos de los mismos con el fin de controlar el brote e impedir una mayor difusión del virus.
Mostró preocupación porque el patógeno se propague a grupos vulnerables como, por ejemplo, niños o embarazadas y rememoró que durante 2022 se registraron mil 400 casos sospechosos de viruela del mono en África y 66 muertes.
Adhanom lamentó que la comunidad internacional prestara atención al virus cuando afectó a Estados de altos ingresos y –afirmó- resulta imprescindible la atención sanitaria y acceso a las herramientas para poder protegerse.
El director general de la OMS planteó que su entidad no es partidaria de realizar una vacunación masiva, aunque sí de facilitar el acceso a quienes la requieran.
La viruela del mono resulta una enfermedad zoonótica: transmisible entre animales y seres humanos, con síntomas como fiebre, dolor de cabeza y muscular.
También provoca inflamación en los ganglios linfáticos, escalofríos, agotamiento, así como erupciones en manos y cara, similares a los producidos por la viruela tradicional, aunque menos graves.
Para contagiarse debe ocurrir un contacto estrecho con material infeccioso al tocar las lesiones cutáneas, parecidas a las de la varicela, que aparecen en los infectados, e igual por las gotitas respiratorias en un cara a cara prologado o a través de objetos contaminados.
Actualmente, no hay una vacuna específica contra la enfermedad, pero los datos muestran que los fármacos usados para erradicar la viruela son hasta un 85 por ciento eficaces contra el virus.
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