De acuerdo con la secretaria general de Unison, sindicato del sector público, Christina McAnea, la situación afecta en particular al personal de salud y los asistentes sociales, quienes no pueden darse el lujo de llenar el depósito de sus vehículos para salir a realizar sus labores en la comunidad o visitar pacientes a domicilio.
Sabemos de personas que prefieren llamar y decir que están enfermos, porque no tienen dinero para comprar gasolina e ir a trabajar, afirmó McAnea, quien dirige la mayor central sindical del país, con más de un millón 200 mil afiliados.
La líder de Unison, que agrupa también a los educadores y a los empleados de los servicios públicos, entre otros, advirtió que algunos de los gremios afiliados podrían ir a la huelga en los próximos meses, a menos que el Gobierno tome medidas para frenar la crisis del costo de la vida.
No queremos que los trabajadores de más bajos ingresos se declaren en paro, pero si no hay alternativa, qué otra cosa podemos hacer, aseguró McAnea, citada por el diario local The Guardian.
El litro de gasolina se vendía este viernes en las estaciones de servicio a un promedio de 1,83.16 libras esterlinas (2,30 dólares), mientras que el de diésel se acercaba a los 1,89 libras ($2,35), por lo que para llenar el depósito de un vehículo familiar hay que gastar más de 100 libras esterlinas (unos 125 dólares).
El gobierno conservador del primer ministro Boris Johnson, que atribuye el fenómeno a la crisis económica global y al impacto del conflicto ruso-ucraniana, anunció en marzo pasado una rebaja de cinco peniques en el precio de los combustibles.
Simon Williams, vocero de la empresa de atención a los automovilistas RAC,dijo este viernes que el recorte es «una gota en el océano», y que se necesita hacer más para apoyar a los conductores de vehículos.
mgt/nm