En su encuentro con el mandatario argentino, Alberto Fernández, el titular del organismo agradeció su compromiso con el multilateralismo y con el avance de la Agenda 2030, en estrecha colaboración con el Sistema de Naciones Unidas.
Ambos discutieron sobre la seguridad alimentaria global y la recuperación de la pandemia de Covid-19, según informó la oficina del portavoz del secretario general de la ONU.
También intercambiaron puntos de vista acerca de las prioridades regionales, incluso bajo la presidencia protempore de Argentina de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, así como de los desafíos globales actuales.
En tanto, Guterres y el mandatario de Costa Rica, Rodrigo Chaves, hablaron sobre la importancia de la acción climática y el desarrollo sostenible.
Al respecto, el secretario general de Naciones Unidas reconoció los avances de Costa Rica en materia de desarrollo sostenible y gobernabilidad democrática.
Igualmente, destacó el compromiso de ese país de brindar protección a los solicitantes de asilo y ayudar a los migrantes.
Guterres también tuvo un encuentro con el canciller de Honduras, Enrique Reina, en el cual transmitió el compromiso de Naciones Unidas de apoyar los esfuerzos para fortalecer el estado de derecho en ese país centroamericano.
Además, dialogaron sobre la solicitud de la presidenta hondureña, Xiomara Castro, de apoyo de la ONU para el establecimiento de un mecanismo contra la impunidad y la corrupción en ese territorio.
La víspera, el secretario general de la ONU resaltó los múltiples desafíos que enfrentan los países de América, como la violencia, las desigualdades, el impacto del cambio climático y la migración irregular.
En su discurso en la sesión de alto nivel de la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, California, el titular reiteró el apoyo de Naciones Unidas para hacer frente a esos retos.
Según indicó, resulta esencial cerrar la brecha entre el gran potencial del área y las luchas diarias que enfrentan sus habitantes.
En toda la región, lamentó, hay Estados que continúan abrumados por una mezcla tóxica de desigualdad, pobreza, crimen, inseguridad y desconfianza.
La Cumbre de las Américas trajo a Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos, a una veintena de jefes de Estado y de Gobierno, de 35 que debían ocupar su puesto en la reunión.
El evento ocurrió en medio de una ola de rechazo a la postura de la Casa Blanca de dejar fuera a naciones de la región que no se ajustan a los estándares que trata de imponer Washington.
Sin embargo, las exclusiones de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la IX Cumbre de las Américas entran en contradicción con el propósito expresado por el presidente estadounidense, Joe Biden, de “unir” para trabajar en “problemas apremiantes” en esta parte del mundo.
acl/ifb